La importancia de la ejecución En general.

Planear y no hacer nada es perder el tiempo. Ejecutar y no hacerlo bien es perder recursos.

¿Qué hace que planeemos y no ejecutamos?

¿Por qué no siempre que se ejecuta se hace de la mejor forma?

De la planeación a la ejecución hay una serie de pasos que deben irse cumpliendo.

Un par de ejemplos:

Si deseo comprometerme con mi novia, debo ir a buscar un anillo, comprarlo, agendar lugar, planear cómo hacerle entrega del anillo, etc. Esto antes de cumplir el objetivo planeado de comprometerse.

Si mi objetivo es vender mi carro, debo hacer una búsqueda de los precios del mercado, definir el precio de venta, tomarle un par de fotografías, enviarlas a posibles compradores, agendar citas con posibles compradores, etc. Todas estas acciones son necesarias cumplir antes de alcanzar el objetivo deseado.

Así, para todo, hay una serie de acciones que deben cumplirse para ejecutar un plan deseado.

Debemos entonces definir claramente cuáles son las acciones previas que debo cumplir para ejecutar mi objetivo final. No hacerlo provoca que nunca lleguemos a cumplirlo. En ocasiones provocaría que nos quedemos ‘congelados’ sin saber cuál debería ser el siguiente movimiento y entonces claudiquemos.

Si definimos claramente las acciones a cumplir y las cumplimos, ¿por qué no siempre se ejecuta de la mejor forma?

En muchas ocasiones definimos de muy buena forma todas las acciones necesarias para cumplir un objetivo, pero nos falta que cada acción tenga un cuándo, un quién, un cómo y cuál será la medida de éxito de esa acción.

En resumen, cada acción debe tener:

  • Responsable
  • Fecha
  • Medida de éxito o KPI (cuantificable!!)

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